Para muchos Fitzgerald será en un futuro parte del Salón de la Fama de la NFL ya que es uno de los mejores receptores abiertos que ha tenido la Liga aunque su gran pecado ha sido el no levantar el Super Bowl el cual estuvo muy cerca de conseguir en la edición XLII cuando perdieron con los Steelers por 27 a 23.
Es el segundo mejor receptor en la historia con 1,378 y el sexto mejor de la historia con recepciones para touchdowns con 120.
Será entonces en su temporada 17 cuando Fitzgerald busque saldar las cuentas pendientes que dejó en el 2019.