Las cosas que nos inducen al consumismo
En plena era de consumismo no es extraño ir a comprar un par de litros de leche al supermercado y encontrarnos con cajas en las que gente que hace la compra una vez por semana abarrota el carro de supermercado a más no poder, y que incluso llega a llenar dos carros de productos consumibles. Esto no sólo ocurre en el supermercado; basta ir al shopping o a alguna tienda en época de rebajas para ser literalmente atropellado por fanáticos del consumo.
En esta avalancha de ida y vuelta de billetes, productos que van y vienen, que se usan, se tiran y se reproducen, dándole lugar a otros productos también intercambiables por billetes y que ocupan el lugar de los inservibles prolongando indefinidamente el ciclo, hay algunas claves que dictan la norma. Científicos de la Universidad de Chicago y otras instituciones las han descubierto.
En la revista Journal of Consumer Research los investigadores han publicado algunos de los factores que nos hacen comprar productos, existiendo por ende regularidades a la hora de ir a consumir que dan forma a un patrón de consumo definido.
Los números son uno de ellos. La cantidad de megapíxeles de una cámara, la cantidad de fibras de algodón de la ropa o las pulgadas de un televisor plasma son especificidades técnicas que ayudan a que el consumidor opte por adquirirlo en comparación a otros productos sin tantas especificaciones.
Los eslóganes también influyen. Esto no es novedad, en ello se basa buena parte de la publicidad, pero lo que importa es la calidad de los mismos. Por ejemplo, la tendencia a usar eslóganes en inglés, aunque no lo parezca, no funciona. Los consumidores valoran más los eslóganes en su idioma natural, según científicos de la Universidad holandesa de Erasmus.
Finalmente, las degustaciones también te inducen a consumir, y sobretodo si son dulces. Por ejemplo, si degustas una muestra de un alimento dulce, tienes más tendencia a comprar no sólo ese producto, sino que también a comprar productos calóricos en general en relación con productos más bajos en calorías.