La relación entre el presidente Trump y su antiguo aliado multimillonario saltó por los aires en pocos días, con acusaciones mutuas. De declaraciones de amor fraterno, a señalamientos de escándalos, amenazas sobre contratos federales y respaldo a eventuales juicios políticos contra el mandatario. Pero antes de esto, durante casi un año, Musk fue ganando poder como uno de los principales asesores presidenciales, al frente de la agencia a cargo de los recortes federales, y con el respaldo del presidente a su empresa Tesla.