El sufrimiento y el drama son una constante en una relación con un mártir: él o ella son quienes sufren más que todos. Sus problemas o cargas los agobian, pero cuando les ofreces ayuda se niegan por completo. Eso sí, se aseguran que tengas presente que están sacrificándose por ti o por los demás, menos por ellos, quienes parecen que están destinados a ser desdichados siempre. ¿Te suena familiar?