Rodolfo Hernández, candidato presidencial colombiano, dice que se enteró recientemente de que a su hija la mataron de un tiro en la frente

El candidato presidencial colombiano Rodolfo Hernández ha dado versiones truncadas y algunas contradictorias sobre la desaparición de su hija Juliana en 2004.
Los amigos de su familia explican que, por ser un tema con una gran carga emocional, el candidato de 77 años tiende a confundirse en las fechas y los detalles de lo que ha descrito como un secuestro de una organización guerrillera cuando su hija tenía 29 años.
La semana pasada Hernández agregó al drama familiar un episodio desconocido. Le dijo al corresponsal de Univision en Colombia, Yezid Baquero, que en 2021 se había enterado de que Juliana había sido asesinada de un disparo en la cara.
“Después de 17 años de estar buscando, nosotros la dimos ya con unas informaciones que nos dieron que hacía poquito la habían matado, le pegaron un tiro aquí en la frente’’, explicó Hernández.
El candidato agregó a Univision que hace poco tiempo comenzó los trámites legales para registrar la “desaparición jurídica’’ de su hija ante las autoridades colombianas. “Ya hicimos el duelo’’, explicó, “y ahora después del duelo nos tocó empezar a hacer una cosa que yo no sabía que existía y debía haber sabido que era la desaparición jurídica para cancelar la cédula y cancelar el NIT (número de identificación tributaria) para poder liquidar los activos que ella tenía, pasárselos en su totalidad a la mamá, a mi esposa’’.
Hernández explicó que no cedió al rescate que los secuestradores pedían por su hija porque ya había pagado el de su padre y temía que continuaran con los demás de su familia.
“A mi papá lo tuvieron en un hueco metido a dos metros. Salió loco, salió loquito y él murió pues se demoró porque él murió de 90 y pico de años y el secuestro (fue) a los 78’’, dijo a Univision.
El político, que figura en un empate técnico en las encuestas frente al candidato de izquierda Gustavo Petro con miras a las elecciones del 19 de junio, dijo que no confiaba plenamente en las autoridades colombianas para la investigación del caso de su hija.
“Yo, la verdad, no puse atención porque yo desconfío’’, dijo Hernández. “Tengo que decir la verdad. Cuando a mi papá lo secuestraron, el gobernador de Santander era el doctor Alfonso Gómez Gómez, político viejo amigo mío, me dijo. ‘Rodolfo, cuidadito, usted se deja creer de algunos, no todos, los funcionarios del organismo de seguridad que son más corrompidos que la guerrilla’’’.
No obstante, Hernández ha explicado en otras entrevistas que tocó varias puertas. Según la revista Semana, cuando fue elegido en 2015 alcalde de Bucaramanga, una ciudad al nororiente de Colombia, habló con el entonces presidente Juan Manuel Santos (2010-2018) para pedirle su apoyo en la investigación del caso.
“Le pedí ayuda y él prometió ayudarme, hizo lo que estuvo a su alcance”, dijo Hernández.
Univision Investiga ó al expresidente Santos, quien explicó que recibía tantas solicitudes en el mismo sentido que se le dificultaba recordar esa en particular.
Jorge Gómez Pinilla, columnista del diario El Espectador de Bogotá, quien ha estudiado las diferentes versiones de la desaparición de Juliana, dijo a Univision que este es un nuevo capítulo en el historial de inconsistencias de Hernández.
“Pienso que cae en una contradicción flagrante cuando dice que tiene certeza de que ‘le pegaron un tiro aquí en la frente’’’, afirmó Gómez. “En tal caso no podría estar pidiendo ante un juzgado de familia que la clasifiquen como muerta por desaparición, sino como víctima de un homicidio’’.
Socorro Oliveros Uribe, esposa del político, denunció en un comunicado de esta semana que hay una “sociedad enferma que se alimenta del dolor, particularmente con el sufrimiento de una madre y la pérdida de una hija secuestrada y con la incertidumbre de la verdad’’. Oliveros agregó que “el paradero de su cuerpo aún es desconocido, lo cual es muy doloroso para mí y mi familia”.
Primeras versiones
Juliana Hernández Oliveros, quien nació el 25 de noviembre de 1975 en Bucaramanga, fue adoptada por Hernández y su esposa. La pareja pensaba que no podían tener hijos por problemas de infertilidad y adoptó también a Mauricio, el primero de tres varones. Luego nacieron Luis Carlos y Rodolfo José.
Hernández hizo pública la desaparición de Juliana en octubre de 2015 a pocos días de su elección como alcalde de Bucaramanga. El 15 abril del año siguiente, durante una entrevista con la cadena radial Caracol, el político sorprendió a los periodistas del programa Hora 20 al contar por su propia iniciativa que a su hija la habían secuestrado guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
A la pregunta de si tenía o con Juliana o sus secuestradores, Hernández respondió:
“Hace como tres años. Yo creo que eso ya no existe. Hace como tres años. Y llegaron a chantajearme los señores de la FARC a que les diera dos millones de dólares’’.
La reportera Diana Calderón quiso precisar lo que quería decir con la expresión “eso ya no existe’’.
“Porque yo no creo que después de tres años de silencio absoluto, hermético, pueda tener alguna posibilidad de vida’’, aclaró Hernández.
El secuestro habría ocurrido en Bucaramanga, relató el entonces alcalde, pero luego la joven fue llevada a Ocaña, una población del vecino departamento Norte de Santander.
Hernández explicó que previamente había tenido que pagar a las FARC para que le entregaran a su padre después de 135 días de cautiverio.
En el caso de su hija decidió no pagar el rescate.
“Si negociaba, yo sentía que iban a secuestrar a mi mamá, a mis hermanos, a mis cuñadas, al perro, al gato, a la cocinera y sigue el juego’’, dijo Hernández a Caracol.
Para esta época Hernández, ingeniero civil, había acumulado una fortuna significativa como constructor. En una entrevista esta semana con el periodista Jaime Bayley, aseguró que su patrimonio actual es de 100 millones de dólares y que ha construido 20,000 viviendas.
Al citar la fecha del secuestro en su relato a Caracol, Hernández repitió dos veces que había ocurrido siete años antes o sea en 2009, lo que su hijo Mauricio corrigió un día después en una entrevista con Juan Carlos Ordóñez, corresponsal de la misma cadena.
El secuestro, según Mauricio, fue el 4 de junio de 2004. Su hermana vivía entonces con él en un apartamento de Bucaramanga.
De acuerdo con los Hernández, Juliana fue secuestrada junto con una amiga. En ese momento estudiaba derecho en la Universidad Santo Tomás de Bucaramanga y estaba a punto de graduarse, anotó Mauricio.
Univision Investiga pidió a María Cristina Bacca Romero, directora de la Oficina de Apoyo de Egresados de la sede de la universidad en esa ciudad, que nos pusiera en o con algún graduado de la promoción académica de Juliana.
Bacca negó la petición argumentando que la universidad no está facultada para entregar o divulgar información personal de sus egresados “cuando no exista consentimiento previo del titular, mandato legal o judicial que lo autorice’’. El consentimiento previo había sido una condición aceptada por Univision dado que se suponía que la facultad consultaría anticipadamente a los egresados.
El candidato presidencial ha descrito a su hija como una persona alegre y enamorada. De acuerdo con la revista Semana, cuando Juliana tenía 19 años y estudiaba inglés en un programa de intercambio en Londres, le anunció a su papá que se casaría con un amigo judío.
“Sin pensarlo dos veces [Hernández] compró tiquetes, voló y la trajo de regreso. Era impensable que su hija, a sus 19 años, estuviera frente al altar’’, afirma Semana.
Otros datos de Mauricio
La versión entregada por Mauricio al reportero Ordóñez de Bucaramanga ofrece algunos pormenores que su padre no cubrió el día anterior y otras rectificaciones. Univision tuvo al audio de la entrevista.
Hernández había dicho que la suma exigida por los captores era de dos millones de dólares mientras que su hijo aclaró que pedían cinco millones. Su papá había declarado que los secuestradores pertenecían a las FARC y él precisó que los guerrilleros de esta organización habían vendido a Juliana al ELN.
De acuerdo con una nota publicada por Caracol, el día siguiente de la primera entrevista, basada en declaraciones que no están en el audio, Mauricio aseguró que la familia había recibido fotografías de Juliana vestida con un uniforme de la guerrilla y que en las imágenes “se veían letreros de la guerrilla del ELN’’.
En una entrevista en 2022 con la cadena de televisión RCN, Hernández acusó al ELN del secuestro. En un comunicado revelado esta semana, esa organización que continúa alzada en armas, negó que tenga o haya tenido a Juliana en su poder, aunque no descartó que la delincuencia común hubiera utilizado su nombre.
“Es falso que ella hubiese desaparecido o muerto en manos del ELN; nunca nos comunicamos con Rodolfo Hernández para solicitar dinero por su liberación porque ella no estaba con nosotros, ni teníamos informaciones al respecto”, afirma el comunicado.
Según Mauricio, en el tiempo durante el cual estuvo frente a las negociaciones con los captores, se comunicaba con un nombre que se identificaba como José.
Mauricio además introdujo el elemento de una estudiante supuestamente sospechosa, compañera de universidad de Juliana.
“[Juliana] me dijo que iba a departir con una amiga en una finca. Yo le dije que no fuera, que se estuviera en la casa juiciosa, pero a la última hora se desplazó a esa finca con una amiga que estaría con ella en la universidad’’, explicó. “Esta amiga pues lógicamente lo que hizo fue, según lo que entiendo, las investigaciones, emborracharla y llevársela ya hacia la ciudad de Cúcuta’’, agregó.
Cúcuta es una ciudad fronteriza con Venezuela capital del departamento de Norte de Santander vecino a Santander. Desde Cúcuta, según Mauricio, su hermana fue llevada a Tibú, un municipio del mismo departamento que ha estado intermitente bajo control del ELN y de las FARC.
Escepticismo
Desde la entrevista con Caracol en 2016, Hernández se mostraba receloso de las acciones que podrían adelantar las autoridades para resolver el caso de su hija.
“Pues yo me cansé de ir a los organismos de seguridad del Estado y eso, y la verdad, no logré nada’’, se quejó.
La reportera Juanita León, que participaba en el programa radial, llamó fuera de aire a Humberto De la Calle Lombana, entonces delegado del gobierno colombiano para las conversaciones de paz con las FARC en La Habana. En esos momentos los líderes de las FARC habían asegurado al gobierno que no tenían en su poder a ningún secuestrado.
“Le acabo de preguntar al doctor de la Calle, no sabía, él dice que ellos insisten en que no tienen secuestrados y preguntó si hay una prueba de supervivencia o algo para, pues, igual los va a poner en o’’, comentó León mientras Hernández continuaba al aire.
De la Calle respondió a Univision que no recuerda si llamó al alcalde después de la entrevista.
“No lo descarto porque se trataba de transmitir la respuesta negativa de las FARC’’, escribió en un mensaje.
Hernández explicó a los periodistas que él suponía que los autores del secuestro habían sido guerrilleros de las FARC porque “cuando secuestraron a mi papá yo mismo atendí el secuestro y utilizaron los mismos métodos de chantaje y persuasión para lograr que pagara’’.
Antes de que se le quebrara la voz en la entrevista con Hora 20 por el recuerdo de su hija, Hernández explicó que no había hecho público el drama para que no se le acusara de utilizarlo políticamente.
“Porque yo creo que eso era mover unas emociones a favor mío que no correspondía al interés del colectivo ciudadano, que era derrotar la corrupción’’, dijo.
Entre los nuevos detalles que entregó el hijo de Hernández, hay uno que pasó desapercibido y que podría ayudar a esclarecer los pormenores del secuestro. Mauricio sostuvo que la amiga con quien fue secuestrada su hermana, y de quien se sospechaba que había servido de señuelo, fue liberada después de pagar 20 millones de pesos.
No es claro por qué debió pagar rescate si supuestamente era cómplice del secuestro, pero ella sería un testigo de excepción de una historia que, por inconclusa, sigue alimentando lo que la esposa de Hernández llama “la incertidumbre de la verdad’’.