Los 238 venezolanos deportados por EEUU y encarcelados en El Salvador no solo no han sido acusados ni condenados, sino que además la Casa Blanca reconoce que 101 de ellos fueron detenidos bajo las leyes estadounidenses de inmigración, y no bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, por lo que la única falta de la mayoría de ellos fue su ingreso o permanencia irregular en EEUU.