Para ingresar al Ejército de Estados Unidos en 1986, Enrique Ricardo Díaz Vázquez fue a un cementerio en Arizona y tomó el nombre de un niño muerto. Desde entonces, según la Fiscalía federal en Phoenix, hizo su vida con una identidad falsa. Formó una familia, estudió ingeniería y trabaja en una importante compañía de pagos en línea. Ahora enfrenta hasta 10 años de prisión y una posible deportación a México.