La montaña rusa de los aranceles de Trump golpea de nuevo la bolsa de valores
Donad Trump revivió este viernes la montaña rusa de los aranceles al amenazar en redes sociales a Apple y a la Unión Europea con tasas a la importación de un 25% y 50% respectivamente.
A las caídas generalizadas con que recibió la noticia Wall Street en su apertura (1.15% el Dow Jones, 1.60% el Nasdaq, 1.20% el S&P 500 y un 2.60% Apple), hay que sumar que el VIX, el índice de volatilidad conocido “la escalera del miedo”, escaló un 18% este viernes.
Todo, tras dos publicaciones de Trump en su red social Truth Social. En la primera, escribió que ante la negativa de Apple a trasladar la fabricación del iPhone al país a pesar de su insistencia, “un arancel de al menos el 25% debe ser pagado a EEUU”.
Después, lamentando que las negociaciones comerciales con la Unión Europea “no van a ninguna parte”, dijo “estar recomendando” aranceles generalizados del 50% a partir del 1 de junio.
Mientras insiste en que los aranceles los pagan los países y no son una tasa que pagan las empresas estadounidenses (y por consiguiente los consumidores), la idea de Trump es forzar a las industrias a que instalen su producción en el país.
Trump empuja a la UE a los brazos de China
El argumento central de Trump contra la UE es el "totalmente inaceptable" déficit comercial, es decir, EEUU le compra más de lo que le vende.
Pero la Comisión Europea (órgano de gobierno de la UE) insiste en que la balanza de pagos está equilibrada si se incluyen tanto los bienes como los servicios. Como centro global de finanzas y tecnología, EEUU mantiene un superávit comercial en servicios con Europa. Esto compensa parte del déficit que tiene en bienes y sitúa el desequilibrio en $54,000 millones de dólares.
En Europa, las amenazas de Trump fueron recibidas también con caídas en las bolsas: el CAC 40 de París bajó un 2.7% tras la noticia, el FTSE 100 de Londres también entró en rojo y el DAX de Frankfurt retrocedió un 1.8%.
Y es que una tasa del 50% elevaría notablemente el 20% que había anunciado Trump en abril para la “patética” Unión Europea, como dijo en lo que llamó “Día de la Liberación”.
El presidente suspendió, sin embargo, durante 90 días aquellos aranceles generalizados (mínimo del 10% y mucho más para los que tuvieran un mayor superávit comercial con EEUU) tras el notable hundimiento de las bolsas y los el pánico desatado por el mercado de bonos.
En el entorno del presidente resultó ser una especie de marco que requería afinar numerosos detalles (como es propio de un verdadero acuerdo comercial).
De las pausas iniciales fue excluida China, país con el que se dio una escalada en las tarifas arancelarias que llegaron a niveles de virtual embargo mutuo (145 y 125% respectivamente). También con Pekín llegó a un principio de acuerdo para reducir los aranceles al 30% mientras se negociaba.
Pero, y he aquí la publicación de Trump de este viernes, de las conversaciones con la UE no se han reportado avances significativos.
En su publicación, Trump criticó a los negociadores de la UE, de la que dijo que se había "formado con el propósito principal de aprovecharse de Estados Unidos en materia de COMERCIO" (se formó para evitar las guerras entre Alemania y Francia).
Recientemente, Bruselas amenazó con aranceles por valor de $113,000 para bienes de EEUU mientras sus dirigentes no ocultan su coqueteo con China ante lo que consideran una amenaza común: la volátil política comercial de la Casa Blanca.
Asesores de Trump han afirmado que el objetivo de sus aranceles era aislar a China y alcanzar nuevos acuerdos con sus aliados, pero la realidad parece chocar con esa idea. Lo que ha ocurrido es que la UE (que ahora mismo tendría aranceles más altos que China en EEUU) ha establecido un frente amplio con Pekín y otros países contra la política comercial de Trump.
Varios altos funcionarios europeos han viajado a China desde que Trump anunció sus aranceles generalizados, entre ellos el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. Y horas antes del anuncio de Trump, el presidente chino, Xi Jinping, habló por teléfono con el jefe del gobierno alemán, el canciller Friedrich Merz para convencerlo de “consolidar la confianza política mutua”.
Para el diario The New York Times, la conversación es parte de “los continuos esfuerzos de Pekín de seducir a los gobiernos europeos y alejarlos de Washington”.
Por qué no es viable un iPhone ‘made in USA’
Cómo su política de aranceles, la relación de Trump con Apple también ha sido de extrema volatilidad. Antes de la arremetida de este viernes, parecían congraciados: el presidente había creado una exención en los aranceles para los productos electrónicos procedentes desde China, lo que claramente beneficiaba a la compañía de la manzana mordida.
Hasta hace poco, el presidente de Estados Unidos presumía repetidamente del medio billón de dólares que Apple se comprometió a invertir en el país en febrero. Pero la semana pasada, durante un discurso en Catar, se volvió públicamente contra la compañía.
"Ayer tuve un pequeño problema con Tim Cook", dijo Trump a la audiencia. Le dije: 'Amigo, te traté muy bien. Vienes aquí con 500,000 millones de dólares, pero ahora me entero de que estás construyendo por toda la India. No quiero que construyas en la India'".
Y es que al final, en defensa de sus accionistas y empleados, acaban teniendo que plantarse ante determinadas exigencias del presidente, como cuando le dijo recientemente a Walmart que se coman los aranceles y no suban los precios.
El problema con la insistencia de Trump, según el analista de Wedbush Securities, Dan Ives, es que relocalizar la producción del iPhone a Estados Unidos "es un cuento de hadas inviable".
"Esto resultaría en un precio del iPhone imposible (...) de aproximadamente 3,500 dólares", escribió en una nota a clientes citada por AFP.
Esto simplemente "no es realista", afirmó, y añadió que trasladar la producción a Estados Unidos tardaría hasta 10 años.
En un informe reciente, los analistas de Bank of America Securities afirmaron que solo los costes laborales de trasladar el ensamblaje a Estados Unidos añadirían alrededor de un 25% al precio del iPhone 16 Pro Max de gama alta.
"Además, si Apple tuviera que pagar aranceles recíprocos para importar subconjuntos a Estados Unidos, el coste total de un iPhone aumentaría más del 90%", añadieron.
"El ataque de Trump a Apple nos parece una de sus tácticas de negociación", dijo Kathleen Brooks, directora de investigación en la plataforma de gestión de inversiones XTB.
"Esto parece una maniobra de negociación para que Apple pague la mayor parte de sus impuestos en EEUU, incluyendo los impuestos sobre las ventas fuera", añadió.
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