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alimentación y nutrición

Deberías cambiar tu alimentación si detectas más de uno de estos 8 síntomas en tu cuerpo

Publicado 1 Nov 2018 – 03:30 PM EDT | Actualizado 2 Nov 2018 – 10:43 AM EDT
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Lo que comes no solo afecta tus medidas y el número en la balanza: muchos procesos del organismo dependen de lo que le das como alimento. Y no hablamos solo de lo que pasa en tu estómago: la calidad de la piel, el brillo del cabello, la energía y motivación que tienes para afrontar el día y tu estado de ánimo son reflejos de tus últimas comidas.

Muchas dietas, especialmente las que restringen varios grupos de alimentos, tienen efectos secundarios perjudiciales para tu sistema digestivo, además de no asegurarte adelgazar a largo plazo. También es importante recordar que todos somos diferentes, y que el hecho de que a algunas personas les funcione una cierta dieta no significa que esta sea ideal para todo el mundo.

Señales de una dieta inadecuada

1. Problemas digestivos

La hinchazón, el estreñimiento o las repetidas ganas de ir al baño son, por lo general, el primer síntoma que se manifiesta en tu cuerpo, y te alerta de que tu dieta no es la correcta para ti.

Si tienes constipación, significa que tu dieta no satisface las necesidades diarias de fibra que tiene tu organismo. Por el contrario, estar yendo demasiado seguido al baño puede ser un indicador de que estás ingiriendo demasiada fibra, algo que suele suceder cuando las personas se cambian repentinamente a una dieta vegetariana o vegana.

Muchas veces, no es el exceso de fibra, sino la falta de costumbre lo que provoca estos movimientos intestinales irregulares. Por eso, si planeas consumir más fibra como parte de una dieta (lo cual es muy saludable y útil para bajar de peso), es recomendable que la incorpores de a poco.

2. Mucho apetito

Cuando estás en una dieta para bajar de peso, puedes sentir apetito, dado que tu cuerpo se está acostumbrando a comer menos. De todos modos, un enfoque como este podría sabotear todos tus intentos si llegas al final del día y, agotada, pides una pizza.

Por otro lado, la necesidad de comer en exceso puede ser una señal de que tu cuerpo no está obteniendo los nutrientes que necesita: «es una respuesta bioquímica y una señal de tu cerebro de que no le estás dando a tu cuerpo lo que necesita», explica Cassie Bjork, dietista de Healthy Simple Life, para Eat This, Not That.

3. Cansancio todo el día

Estás cansada cuando vas a trabajar, o cuando estudias, o cuando haces tareas mínimas; luego, cuando quieres hacer ejercicio, las ganas de acostarte a dormir te ganan. «Estar cansado o constantemente fatigado es la manera que tu cuerpo tiene de conservar energía cuando no está recibiendo suficientes nutrientes. Es un resultado del enlentecimiento de tu metabolismo: lo opuesto a lo que quieres que suceda para bajar de peso», dice Bjork.

Podrías no estar consumiendo suficiente proteína, lo que debilita los músculos y hace que tanto los entrenamientos como las tareas cotidianas te cuesten mucho más. El cansancio también aparece por consumir azúcar en exceso. El enfoque recomendable ante el azúcar es moderar su consumo, evitando siempre que te sea posible las comidas que lo contengan. Para visualizar mejor lo que comes y moderar algunos alimentos, te puede servir anotar todo en un cuaderno.

4. Mal humor permanente

Perder peso o alcanzar tus objetivos, sean cuales sean, es difícil, y, si bien a veces puede ser frustrante, no deberías sentir que todos los días que dure el proceso son una tortura. Además, mantenerte en forma a largo plazo debería ser un estilo de vida; si una dieta te pone de mal humor, será insostenible.

No cortes todos los carbohidratos de tu dieta. También date momentos para disfrutar de un pequeño placer: los dietistas recomiendan una porción de chocolate amargo, que te satisface y no tiene demasiadas calorías. Según Eat This, Not That, puedes ser más propensa a los sentimientos de tristeza por la falta de ácidos grasos saludables, como los que se encuentran en el pescado, el aceite de oliva o las nueces.

5. Olvidos constantes

Consumir demasiadas grasas saturadas podría asociarse con dificultades en la memoria, según un estudio publicado en la revista científica Annals of Neurology. En el experimento, del que participaron 6183 mujeres que se sometieron a un análisis de su dieta, las que consumían regularmente más grasas saturadas obtenían menor puntaje en pruebas de memoria cognitiva y verbal.

Así que si constantemente estás buscando la palabra que quieres decir o no sabes dónde dejaste tus llaves, o estás sacando menor nota en los exámenes, deberías replantearte tu dieta.

6. Resfríos frecuentes

Un aporte adecuado de proteína es la clave para tener un sistema inmune sano; por eso, si recientemente cambiaste de dieta y, por ejemplo, limitaste el consumo de carne, sin reemplazar las fuentes de proteína, puede que hayas pasado en cama varios días.

Asegúrate de incluir comidas cargadas de proteína, como carnes magras (como pollo), legumbres (frijoles negros y rojos, garbanzos), frutos secos (nueces, almendras, castañas) y brotes (de soja o de lentejas).

7. Dolores de cabeza

Si bien es normal tener dolores de cabeza de tanto en tanto, si comenzaste a sufrirlos todos o casi todos los días luego de comenzar una dieta nueva, tu cuerpo te está dando la señal de que algo no está bien.

«Cuando no comes suficientes carbohidratos o comida en general, los niveles de azúcar en sangre pueden hundirse y causar dolores de cabeza», explica Isabel Smith, nutricionista. Esto también puede suceder si consumes demasiado azúcar: un primer subidón en los niveles de azúcar en sangre, para luego hundirse y dejarte muy cansada. Por eso, es necesario incorporar carbohidratos con bajo índice glucémico (y evitar aquellos que tienen uno alto): zanahorias, peras, manzanas, son buenas opciones.

8. Granitos

Si en tu piel tienden a aparecer granos, tu dieta puede ser la responsable. En concreto, la falta de vitamina A puede provocarlos, según una revisión de estudios publicada en la revista científica Dermato-Endocrinology. Para contrarrestar esto, asegúrate de comer suficiente zanahoria, calabaza y batata, especialmente en los meses invernales, cuando tu piel se puede resecar más.

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