No te alarmes: estas 6 cosas le pasan a tu hija en la pubertad (y por eso la notas tan cambiada)
El comienzo de la adolescencia implica una serie de cambios en el organismo y en el temperamento de cualquier niño. Cambio de voz, de estatura, de gustos, incluso empieza a demarcarse, con más fuerza, la personalidad de cada uno.
Si eres madre de una niña, presta atención, porque tuvimos la oportunidad de hablar con la Doctora Cecilia Avancini, jefa de pediatría de Vittal, quien nos contó cuáles son los principales cambios sufridos a partir de este período y explicó cómo hacer para acompañar a la joven durante el proceso.
¿De qué se trata la pubertad?
Es quizás la etapa más importante en la vida de una persona. Cecilia Avancini la describe como «aquel momento en el que se producen los cambios físicos y psíquicos que convierten a los niños en adultos». En otras palabras, en este período, los jóvenes comienzan a fabricar hormonas sexuales que dan lugar a múltiples transformaciones en su propio cuerpo.
Las niñas llegan a la pubertad a partir de los 8 a 15 años, inclusive. Los signos más comunes de que tu hija ha comenzado a experimentar el comienzo de esta etapa pueden ser:
- Desarrollo del pecho, llamado botón mamario. Puede crecer un pecho antes que el otro y, en algunos casos, pueden aparecer molestias con el simple roce de la ropa
- Aparición de vello del pubis. Normalmente se da antes que el botón mamario. Al principio es suave y fino y, con el tiempo, se vuelve más grueso y oscuro hasta tomar la forma triangular característica
- Las caderas y el abdomen se redondean
- Aparición de acné
- Aumento de grasa en el pelo
- Cambios en la transpiración y olor corporal
Primera menstruación: cómo estar presente
La menarca o primera menstruación marca otro de los grandes cambios vividos por las niñas a partir de esta etapa. Según explica Avancini «suele aparecer entre un año y medio y tres después del inicio del crecimiento del pecho». En general, la menstruación que, al principio puede ser irregular, suele durar de 2 a 7 días y, antes de hacer su primera aparición, puede manifestarse en el organismo de la niña con el aumento de flujo vaginal.
Si bien las primeras menstruaciones no deberían originar dolor, sí pueden surgir ciertas molestias, durante o después de la ovulación. Incluso se pueden presentarse ciertos altibajos en el estado de ánimo, vinculados especialmente al SPM ( Síndrome Pre-Menstrual), como irritabilidad, problemas para dormir, sentirse triste y tener menos confianza en sí misma, detalla Avancini.
Por eso, es fundamental que los padres estén presentes en todo momento para brindar los suministros necesarios -toallitas higiénicas, protectores, analgésicos- para que la niña se pueda sentir cómoda y acompañada. A fin de cuentas, es aquí donde se contribuye a su crecimiento físico, mental y emocional, mayormente.
En este mismo sentido, si la niña presenta irregularidades graves en el período, como sangrado abundante o dolor intenso, debe asistir al médico lo antes posible, para que pueda recetarle un tratamiento correctamente.
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