Aliados de Trump animaron a Bolsonaro a no aceptar la derrota antes del asalto al Congreso de Brasil
Tras el asalto al Congreso y al Tribunal Supremo de Brasil el domingo, los observadores se han apresurado a destacar la similitud con el asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021.
Además de eso, algunos se preguntan si podría haber sido inspirado -incluso instigado- por los aliados de Jair Bolsonaro en Estados Unidos, incluido Steve Bannon, el notorio exasesor de Donald Trump.
Los vínculos entre Bolsonaro y el trumpismo no son ningún secreto. En noviembre, el expresidente estadounidense se reunió con el hijo de Bolsonaro en su club de Florida, Mar-a-Lago. Durante ese viaje, Eduardo Bolsonaro también habló con Bannon y el vocero de Trump, Jason Miller, según el diario The Washington Post. El periódico informó de que Bannon recomendó a Bolsonaro que impugnara los resultados para alentar a los manifestantes.
En las redes sociales, Bannon y otros han animado a la oposición incluso después de que el propio Bolsonaro pareciera aceptar los resultados y abandonara el país para pasar unas vacaciones en Orlando. Algunos críticos de Bolsonaro piden ahora que se le revoque el visado estadounidense.
El representante Joaquín Castro, demócrata en el comité de asuntos exteriores de la Cámara de Representantes, dijo a CNN que Bolsonaro "básicamente utilizó las mismas tácticas de Trump para inspirar a los terroristas domésticos a tratar de tomar el gobierno". También pidió que Bolsonaro sea "enviado de vuelta" a Brasil.
"Estados Unidos no debería ser un refugio para este autoritario que ha inspirado el terrorismo doméstico en Brasil", dijo Castro.
Bolsonaro aceptó a regañadientes los resultados de las elecciones
Pero no hay pruebas de que Bolsonaro participara en la planificación de los distrubios del domingo en Brasilia.
Bolsonaro emitió el domingo un breve comunicado en las redes sociales en el que lamentaba la violencia, pero negaba cualquier responsabilidad. A diferencia de Trump, Bolsonaro ha aceptado los resultados de las elecciones, aunque declinó asistir a la toma de posesión de Lula el primero de enero.
El gobierno de Biden ha expresado hasta ahora su apoyo al recién elegido presidente Luiz Inácio Lula da Silva, pero no ha hecho comentarios sobre la situación de Bolsonaro.
Biden dijo que esperaba seguir trabajando con Lula, que derrotó a Bolsonaro en unas reñidas elecciones el año pasado.
"Condeno el asalto a la democracia y a la transferencia pacífica de poder en Brasil. Las instituciones democráticas de Brasil tienen todo nuestro apoyo y la voluntad del pueblo brasileño no debe ser socavada", dijo Biden en Twitter.
El Congreso y el Tribunal Supremo estaban vacíos en el momento del asalto del domingo y Lula no se encontraba en la capital. Los manifestantes no pudieron entrar en el cercano palacio presidencial de la Plaza de los Tres Poderes, que está más vigilado.
Durante semanas, el popular podcast de Bannon, 'Sala de Guerra' ha difundido rumores infundados sobre fraude electoral en Brasil, al igual que hizo en Estados Unidos después de las elecciones de 2020 que pusieron fin a los cuatro años de gobierno de Trump.
Bannon fue condenado el año pasado por negarse a cumplir una orden para testificar ante una comisión del Congreso que investigó el atentado, pero está libre a la espera de una apelación. Se enfrenta a una pena de cuatro meses de prisión.
Bannon y otras personas siguieron promoviendo las acusaciones de fraude electoral en Brasil el domingo, utilizando el hashtag "primavera brasileña", incluso mientras los manifestantes llevaban a cabo el asalto en la capital, rompiendo ventanas y destrozando oficinas gubernamentales.
"Lula robó las elecciones... Los brasileños lo saben", escribió Bannon en repetidas ocasiones en la red social Gettr. Bannon llamó "luchadores por la libertad" a quienes irrumpieron en los edificios.
Las similitudes entre Brasil y el 6 de enero de 2021
Las redes sociales también se inundaron con denuncias de "agitadores comunistas" que supuestamente se han infiltrado entre los manifestantes pacíficos para crear escenas de caos y desacreditar a los partidarios de Bolsonaro. Los partidarios de Trump hicieron exactamente lo mismo después de los disturbios del 6 de enero, alegando -sin pruebas- que la marcha en el Capitolio había sido infiltrada por extremistas radicales de izquierda Antifa.
En otro eco de Estados Unidos en 2020, los negacionistas de las elecciones brasileñas han cuestionado la fiabilidad de las máquinas de votación electrónica. Una pancarta exhibida por los alborotadores el domingo declaraba "Queremos el código fuente" tanto en inglés como en portugués, una referencia a los rumores de que las máquinas de votación electrónica fueron de alguna manera programadas o hackeadas para derrotar a Bolsonaro.
La misma acusación fue hecha por los partidarios de Trump, encabezados por el ex alcalde de Nueva York caído en desgracia, Rudy Giuliani.
En noviembre, Eduardo Bolsonaro publicó un vídeo de Bannon hablando en su podcast, en el que Bannon sugiere que los brasileños deberían estar enfadados por el uso de máquinas de voto electrónico en sus elecciones. Refiriéndose a las protestas de los partidarios de Bolsonaro, Bannon dijo que "va a ser muy interesante ver cómo se desarrolla eso", y elogió la "gran lucha que tienen por delante."
Las escenas de anarquía del domingo fueron un bochorno para Bolsonaro, ya que sus partidarios habían reivindicado previamente la supremacía moral, pidiendo la intervención de la ley y el orden y del Ejército.
Unas 1,200 personas han sido detenidas tras el asalto, según las autoridades.
En un discurso de despedida antes de abandonar el país, Bolsonaro afirmó que su derrota electoral fue injusta, pero condenó las manifestaciones violentas que pretendían anular su derrota, pidiendo a sus partidarios que "demuestren que somos diferentes del otro lado, que respetamos las normas y la Constitución."