“Nadie va a devolverme a mi papá”: entre lágrimas e indignación despiden a las víctimas del accidente en el metro de la CDMX
Las autoridades impidieron el paso de la prensa a los funerales de las víctimas del 25 personas que fallecieron en el accidente ocurrido la noche del lunes, una de las peores tragedias ocurridas en sus casi 52 años de historia.
Liliana López, una gerente de una boutique de 37 años que murió la noche del lunes después de que cayó al vacío el vagón en el que viajaba, fue sepultada entre los sollozos de su hijo de 16 años, su esposo y familiares.
“ ¿Por qué no quieren que todo el pueblo de México se dé cuenta de lo que en verdad está pasando?", afirmó molesto Jesús Sánchez, esposo de Liliana, a la agencia AP, al condenar la decisión de las autoridades de impedir el paso de la prensa al cementerio y agregó que “ya se empiezan a aventar la pelotita que fue la istración pasada... Eso no se vale, que jueguen así con los sentimientos de la gente, que se burlen de esa manera”.
López fue enterrada en una de las tres fosas que habilitaron autoridades para enterrar a las víctimas del accidente en el Panteón de San Lorenzo, en el municipio de Iztapalapa de la Ciudad de México. Los funcionarios regularon el a los medios de comunicación, aun cuando los deudos condenaron la decisión.
La cifra de víctimas mortales creció a 25 durante este miércoles. Al menos 70 heridos tuvieron que ser atendidos en hospitales debido a la gravedad de sus lesiones.
“Esa no es la manera de tratar a una persona”
El marido de Liliana López dijo que tuvo que esperar más de 12 horas para reconocer el cuerpo de su esposa. “Esa no es la manera de tratar a una persona”, afirmó.
Con los ojos llenos de lágrimas, el gerente de mantenimiento de 50 años aseguró que el dolor no lo detendría y que entablará una acción legal contra el gobierno de Ciudad de México por su “negligencia” y el “atentado contra la vida de las personas”.
Las quejas sobre la lentitud para difundir las identidades de los fallecidos y entregar sus restos a los familiares. Una madre pasó buscando a su hijo de 12 años, Brandon Giovanny Hernández Tapia durante casi 20 horas.
“Yo quiero justicia para mi esposo”
El relato se repite una y otra vez. Los familiares pasaron horas de angustia e incertidumbre por la lentitud de la información. Gisela Rioja pasó el lunes por la noche y el martes por la mañana recorriendo los hospitales de la ciudad en busca de información sobre su marido, Miguel Ángel Espinosa Flores, que trabajaba en una tienda departamental a pocas paradas del lugar del accidente. Ella y sus dos hijos dependían de sus ingresos.
“Yo quiero justicia para mi esposo porque no con un simple perdón va a regresar con nosotros”, dijo. "Para mí era un amor, para mí era todo. Me duele mucho, mucho, mucho por cómo terminó”.
Luisa Martínez esperaba sentada el martes por la tarde ante las oficinas municipales de Iztapalapa a que se entregara el cadáver del esposo de su sobrina, Carlos Pineda, un dentista de 38 años. Pineda deja una esposa y dos hijos, de 7 y 13 años.
"Él era el que mantenía a su familia. Ahora ellos quedaron sin sustento”, dijo Martínez. “Nos tienen que indemnizar ahora. No lo quiero en un año ni en dos años como todo trámite burocrático”.
Por su parte, José Luis Hernández Martínez, un hojalatero de 61 años, también fue sepultado en medio del hermetismo: las autoridades de la Ciudad de México enviaron a una veintena de policías para evitar el de visitantes y prensa.
Hernández viajaba el lunes por la noche y murió en el acto el día de la tragedia, ya uno de los peores accidentes registrados en un metro en el mundo.
El hijo de José Luis, Luis Adrián Hernández Juárez, describió las heridas que había sufrido su padre.
“Mi papá fue rescatado sin signos vitales. Con traumas en el tórax, en el cerebro, en los pies, en las rodillas, hematomas”, dijo su hijo, que se aferraba al certificado de defunción. El personal de emergencias le dijo que su padre había quedado aplastado por otros pasajeros. “Nadie va a devolverme a mi papá, aunque me den 10 millones de pesos”.