Las escuelas estadounidenses detectan que sus alumnos tienen hambre: 9 millones de niños enfrentan inseguridad alimentaria
A medida que han ido caducando los programas de beneficio por la pandemia, las escuelas estadounidenses están viendo que sus estudiantes pasan hambre y existe una creciente preocupación por los efectos que esto produce en la capacidad de aprendizaje de los niños.
El Congreso de EEUU hizo que las comidas escolares fueran gratuitas temporalmente para todos los alumnos del país, pero desde que eso terminó el otoño pasado, las necesidades parecen estar incrementándose.
El aumento de los precios de los alimentos está agregando tensión a las familias que están viendo reducciones en múltiples tipos de apoyo financiero. Un programa federal que finaliza este mes había otorgado cupones de alimentos adicionales a casi 30 millones de estadounidenses durante la pandemia.
Las cafeterías escolares generalmente no rechazan a un niño hambriento, pero las deudas por las comidas escolares han aumentado, lo que demuestra el nivel de necesidad y genera dudas sobre cómo las escuelas seguirán alimentando a todos, sin dinero federal para hacerlo.
Los niños más necesitados son elegibles para comidas gratis o a precio reducido, como antes de la pandemia, pero calificar para esos beneficios requiere solicitudes que no han sido necesarias durante varios años.
“Los programas que brindan asistencia alimentaria directa son muy importantes y vamos a ver los efectos de no tenerlos en los próximos meses”, dijo Megan Curran, directora de políticas del Centro de Pobreza y Política Social de la Universidad de Columbia.
En el último año académico, con casi todas las escuelas operando ya de forma presencial, el número de comidas escolares que se sirven a los estudiantes aumentó drásticamente y fue incluso un poco más alta que en los niveles previos a la pandemia, según un informe del jueves del Centro de Investigación y Acción de Alimentos. Según el reporte, los estados ya están empezando a reportar menos comidas servidas.
Inseguridad alimentaria en EEUU
Más de 34 millones de personas en EEUU, incluidos 9 millones de niños, padecen inseguridad alimentaria, según el Departamento de Agricultura de EEUU, lo que significa que carecen de constante a alimentos suficientes para que todos los de su familia estén saludables.
Los niños en esos hogares tienen más probabilidades de tener dificultades académicas y repetir grados, entre otros desafíos, según los investigadores.
Para Fabián Aguirre, estudiante de cuarto grado, es difícil pensar en ecuaciones matemáticas cuando está sentado en clase con el estómago vacío.
Cuando llega por la mañana, Fabián come el desayuno que le sirven en la escuela en el sur de Phoenix, pero a veces tiene hambre en las clases antes del almuerzo. Los días que no come primero en casa, ni siquiera las comidas que ofrece la escuela son suficientes para que se sienta lleno.
“Es difícil concentrarse en clase cuando tengo hambre. La comida me ayuda a prestar atención a lo que estoy aprendiendo”, dijo Fabian, de 10 años, a AP.
En su escuela, V. H. Lassen Academy of Science and Nutrition, todos los estudiantes son elegibles para recibir comidas gratis. El Distrito Escolar de Roosevelt, donde el 80% de los estudiantes son hispanos y el 12% negros, cubre las comidas con ayuda de un programa federal para comunidades escolares de bajos ingresos.
Para llegar a los estudiantes que podrían sentirse avergonzados por no haber comido en casa, la escuela cambió recientemente la forma en que distribuye el desayuno gratis. Los carritos llenos de desayunos preenvasados se sacan a la entrada de la escuela, en lugar de guardarlos en la cafetería.
“Nos dimos cuenta de que muchos de nuestros estudiantes iban directamente al patio de recreo y no entraban a la cafetería para comer antes de las clases, de las 7:00 am a las 7:15 am”, dijo Jessica Padilla, maestra de matemáticas y ciencias de sexto grado.
El impacto del fin de las comidas gratuitas
Mientras duraron, las comidas gratuitas universales abordaron varias preocupaciones sobre el hambre de los estudiantes. No hubo papeleo involucrado. Y los niños que las necesitaban no tenían que preocuparse por el estigma porque estaban disponibles para todos. Algunos estados, incluido California, están utilizando dinero estatal para continuar con estos programas, pero la mayoría ha vuelto a cobrar las comidas a todos, excepto a los niños más necesitados.
Cuando las comidas gratuitas para todos llegaron a su fin, "las familias quedaron en apuros y confundidas", dijo Anna King, presidenta de la PTA Nacional. No estaban preparados para el papeleo después de dos años sin él, y muchas familias con niños pequeños nunca habían tenido que hacer esos trámites.
Puede ser difícil para los padres pedir la ayuda que necesitan, dijo Jillien Meier, directora de No Kid Hungry. Los padres inmigrantes, dijo, también podrían evitar llenar formularios para solicitar comidas gratis o a precio reducido si son indocumentados.
Hambre crónica
Los maestros a menudo son los que detectan el hambre crónica en los estudiantes.
Martissa Moore, maestra de la escuela secundaria Bainbridge en Bainbridge, Georgia, recuerda a un estudiante de séptimo grado que tenía la cabeza sobre su escritorio durante la clase, discutía con otros estudiantes y luchaba por mantenerse al día académicamente. Moore notó que no estaba comiendo lo suficiente.
Todos los días de ese año ella le trajo lo mismo que su hija desayunaba y poco a poco vio un progreso en sus habilidades de lectura.
“Simplemente haces lo que tengas que hacer por tus estudiantes porque no quieres que pasen hambre”, dijo Moore.
Hilary Seligman, asesora médica principal de Feeding America, dijo que no debería depender de los maestros abordar el problema del hambre infantil.
“Debido a que tenemos tanta inseguridad alimentaria entre los niños, transferimos esa responsabilidad a las escuelas”, dijo. “Pero el desarrollo infantil normal es tener a los alimentos en el hogar. Eso es parte de crear un ambiente estable para las familias en Estados Unidos, donde los niños estén listos para aprender cuando llegan a la escuela”.
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