En la carretera al norte de Kabul, capital del país, hay fábricas de ladrillos en donde las condiciones de trabajo, en medio de zonas polvorientas y hornos, son difíciles incluso para los adultos.
Pero, en casi todos, los trabajadores son niños de hasta cuatro o cinco años que hacen la dura tarea junto a sus familias desde temprano en la mañana hasta el anochecer en pleno verano. Crédito: Ebrahim Noroozi/AP
Pero, en casi todos, los trabajadores son niños de hasta cuatro o cinco años que hacen la dura tarea junto a sus familias desde temprano en la mañana hasta el anochecer en pleno verano. Crédito: Ebrahim Noroozi/AP
En la foto, una niña afgana de 9 años trabaja en una fábrica de ladrillos.
En los hornos de ladrillos, los niños hacen cada paso del proceso de fabricación. Acarrean bidones de agua, cargan los moldes de ladrillos de madera llenos de barro para ponerlos al sol a secar. Cargan y llevan carretillas de ladrillos secos al horno para cocerlos y luego empujan carretillas llenas de ladrillos cocidos.
Crédito: Ebrahim Noroozi/AP
En los hornos de ladrillos, los niños hacen cada paso del proceso de fabricación. Acarrean bidones de agua, cargan los moldes de ladrillos de madera llenos de barro para ponerlos al sol a secar. Cargan y llevan carretillas de ladrillos secos al horno para cocerlos y luego empujan carretillas llenas de ladrillos cocidos.
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El número de niños que trabajan, que ha sido históricamente alto en Afganistán, ahora está creciendo en buena parte impulsado por el colapso de la economía tras la llegada de los talibanes al poder en 2021 y el fin de la ayuda financiera internacional. Crédito: Ebrahim Noroozi/AP
Una niña de 9 años trabaja bajo la lluvia. Una encuesta de la organización Save the Children estimó que más de un millón de niños trabajan en Afganistán. Crédito: Ebrahim Noroozi/AP
Save the Children indicó que los datos revelan un aumento en el número de familias que solicitan préstamos para poder comprar alimentos, ya que los ingresos se han desplomado: con datos de abril, se estimaba que el 82% de los afganos han perdido ingresos desde la transición del poder en agosto de 2021. Crédito: Ebrahim Noroozi/AP
Las familias que viven en las ciudades están entre las más afectadas. Por ejemplo, en Kabul, las calles están pobladas permanentemente de niños mendigos, que revuelven la basura o que trabajan como limpiabotas. También trabajan en mercados o fábricas de ladrillos, como los niños en estas imágenes. Crédito: Ebrahim Noroozi/AP
Un hombre que trabaja en la fábrica, Rahim, tiene tres hijos que trabajan con él en un horno, cuyas edades oscilan entre los 5 y los 12 años.
Dice que se había resistido durante mucho tiempo a ponerlos a trabajar pero dijo que no tenía otra opción. “No hay otra manera… ¿ Cómo pueden estudiar si no tenemos pan para comer? La supervivencia es más importante”, dijo. Crédito: Ebrahim Noroozi/AP
Dice que se había resistido durante mucho tiempo a ponerlos a trabajar pero dijo que no tenía otra opción. “No hay otra manera… ¿ Cómo pueden estudiar si no tenemos pan para comer? La supervivencia es más importante”, dijo. Crédito: Ebrahim Noroozi/AP
La familia de una de las niñas de 12 años que trabaja cuenta que ella pudo ir muy poco tiempo a la escuela. A Nabila, la niña, le gustaría volver a estudiar pero no puede, su familia necesita de su trabajo para sobrevivir. “No podemos pensar en otra cosa que no sea el trabajo”, dijo. Crédito: Ebrahim Noroozi/AP
Una lluvia empapó a los pequeños y al principio los niños estaban alegres, pensando que sería una llovizna refrescante en el calor. Pero luego se levantó el viento y una ráfaga de polvo cubrió sus rostros y algunos no podían abrir los ojos. Pero siguieron trabajando igual. "Estamos acostumbrados", dijo uno. Crédito: Ebrahim Noroozi/AP