No siempre vamos al trabajo con el mismo ánimo. Puede ser que tengamos problemas en casa o no estemos bien de salud y eso nos provoque una especie de desgano que se nota en nuestro desempeño. Por otro lado, también puede pasar que, sencillamente, ¡tenemos ganas de estar en otro sitio! No somos robots y todos tenemos nuestros días buenos y malos. Como con el resto de las cosas, el trabajo también necesita motivación, y tú mismo puedes conseguirla siguiendo estos consejos.