«Estoy demasiado ocupada», nos decimos para justificar la ausencia de ejercicio físico en nuestras vidas. Hacer ejercicio parece una tarea a la que tienes que dedicar tiempo: conseguir la ropa y todo lo que necesitas para ir al gimnasio, ir hasta allí y pasar una hora o más ejercitándote, para después ducharte, cambiarte y volver a tu hogar.